Mi Whole30 Raquel Magem

ANTES. día 1

DESPUÉS. día 30+1





¿Qué me hizo lanzarme a por el Whole30 ? ¿Por qué yo com mi peso ideal y sin patologías graves?.

En primer lugar ya estoy inmersa en este tipo de alimentos, por lo que es un paso importante ya andado en el camino.
Cuando en el libro leí nada de recreaciones, ni galletas ni tortitas, aunque sean "paleo" con ingredientes permitidos....me apuñalaron. Un gatillo de algo se disparó.
Dos días después, el libro me pregunta: ¿Crees que no podrás pasar un mes sin tus tortititas? Si crees que no, piensa si no tienes un problemilla a solucionar. Nota: ¡Ah! Esa soy yo. Yo siempre he pensado que no podría pasar sin mis dulces "sanos" sin azúcar etc., pero "premios" o consuelos de postre. Y tiene razón, ahora lo veo, tengo un problema. Y es que si crees que no puedes hacerlo, porque te viene la cabeza algo con lo que no puedas pasar, es que debes hacerlo por eso mismo para ser libre, si quieres ser libre.

Me parece un reto personal como cuando hacía montaña, se hacían traversías super largas para ponerte al límite.

Yo personalmente, nunca fui capaz de "pasar" del postre con la macrobiótica, siempre me aferré a mis postres "sanos" de modo "enfermizo" (ahora lo veo y lo reconozco).  Por tanto, este método me ha caído del cielo, es mi momento de demostrarme a mí misma que sí que puedo liberarme.

Independientemente de lo suceda, a mí solo leer el libro ya me ha cambiado al vida en cierta manera porque reflexiono. Ahora solo veo comida basura por todos lados en Instagram donde antes veía recetas super interesantes que ha hacían salivar.

Mis preparativos:
Buscar fecha: El 1 de junio. Perfecto porque era a dos semanas vista para ir preparándome. Me encanta el mes, de entrada al verano, 30 días para whole 30 y además este año empieza el mes en lunes. Además no tengo nada especial, el 3 de julio cumpleaños de Lucas, así que lista para hacer y degustar una super tarta "paleo".
Entrenamiento personal: Durante estos días he hecho algunos micro whole con comidas sin postres ni premios para darme ánimos que no era tan duro.
Preparación de menús, limpieza armarios y compras. Esto, que es muy importante para cualquiera, para mí ya es medio camino hecho, ya que conozco la teoría y forma parte de mi rutina este tipo de alimentación, pero ahora sin premios ni ningún edulcorante.
Comunicarlo a mis allegados. Cuando ya lo tuve claro (dudé mucho al principio), se lo expliqué a mi marido, y se lo dije a mi hermano, y algunos amigos. La sensación de comunicarlo era de ola de energía y satisfacción, como quien va ha lograr una gran proeza.
Sobre planes de emergencia he pensado en infusiones de poleo menta que son digestivas y me calman, para superar mejor las tentaciones.
Plan de despedida. Dos días antes hice unas galletas maravillosas de chocolate que nos fuimos comiendo hasta el último día, eso sí, congelé un para para que me esperen el día uno "después de".


PESO: 57,5 kg. Peso ideal para mí. No quiero engordar ni adelgazar. Pero sea lo que sea mi objetivo es la libertad.

Vamos allá.

Día 1
Todo bien. Estaba tan mentalizada que de momento es pan comido (jejeje).
Primer día sin tomar mi dosis diaria de 50.
He dejado de tomar todos los suplementos. Miro como nunca todos los etiquetados.
Y está claro que nada de postres, ni fruta.
En el plato ya dispongo la fruta y los frutos secos si pertoca para que sean comida, no consuelo.
Para no picar antes de comer me voy tomando un poleo-menta. Y al final algo siempre algo también calentito.

Día 2
Me siento empoderada, con ganas de hacer cosas como reorganizar la cocina.
Al medio día, he estado tentada de comer un trozo más de calabaza asada "de postre" para mi celebro, pero he dicho no, lo he superado.
De cara me veo guapa.

Día 3
Tener una infusión a mano es esencial para mí. Tal y cómo se va acabando la cena, voy tomando sorbos como transición hacia el final.

Día 10-20. Ecuador.
Confirmado, el plato tiene que estar bien lleno. Así no me quede con hambre ni tengo tentaciones de coger otras cosas, que aunque sean "comida permitida" entro en un círculo de picoteo que me da mala pinta (siendo sincera conmigo misma).
Me ha dado cuenta que la fruta me la tengo que poner en el plato de menú, que por ciento me gusta comerme lo primero. Hasta ahora me la comía de pié, mientas hacía la comida, y reconozco que me da ansiedad, así que no lo volveré a hacer.
Cantidad de proteína ya controlada, se hacen los cálculos y se siguen. He experimentado que cuadra y me sienta mejor aumentar la proteína sin miedo.

Día 20-30. Recta final.
¡Un día tenía antojo de espinacas! Junto con carne y pescado es lo que más deseo. Solo comida real que me hace feliz de verdad.

Tengo en casi todas las comidas un maravilloso eructo que me dice deja comer. Así que no hay dudas, dejo de comer. Un día no lo hice porque ya me había servido un poco más y me arrepentí, ya lo tengo claro, hay que hacer caso al don.
Otro día me puse más comida en el plato y antes de probar bocado, ale, me vino, y lo guardé directamente en la nevera para desayunar (qué suerte que se pueda comer cualquier comida) y me sentí genial.
Al día siguiente me pasó similar, como tenía que atender a los niños me di prisa antes que llegara el eructo y nada, eructé, así que adiós a comer más. Y lo curioso es que después te das cuenta que era realmente el momento de dejar de comer porque te quedas genial. Es maravilloso.
Y así más o menos todos los últimos días del whole30. Menuda bendición.

Una cena tenía más hambre, y comí más porque era comida lo quería, nada de postres ni tonterías (y sin eructo final).

Como veo que sigo con tendencia a vientre hinchado, he probado de seguir las indicaciones reduciendo los alimentos altos en fodmaps y me va mejor (seguiré después de esto).

No tengo cansancio a lo largo del día, no se me acaban las pilas como antes, solo que cenando a las 7, a las 9 y pico me muero de sueño, y eso es bueno.

Par ir mejor al baño tomo lino y algunos días la infusión de una ciruela al día (alimentos en el borde pero sé que no tengo una relación patológica con ellos).

A pocos días de acabar estoy super contenta, quizás la mejor de mis hazañas. Pensaba que no podría hacerlo y ahora podría vivir sin postres toda la vida.

Lo positivo: Se vive bien sin pensar en postres, cuánto comer, ahorro tiempo de hacerlos (solo preparo cosas sencillas para la familia).
Ya sé que no quiero tabletas de chocolate, no quiero volver a engancharme. Lo único que me apetece es hacer la tarta de cumpleaños de mi hijo.

Sobre las proteínas, es raro el decir, ya estoy realmente saciada. El otro día me serví un trozo de salmón de más 200 g y me quedé en la gloria.

Día 29 y 30. Cuenta atrás.
Me he exfoliado el cuerpo para decir mañana oficialmente adiós a la Raquel de antes del Whole30 y dar la bienvenida a la nueva Raquel. Todas la células viejas fuera, regeneración al poder.
Yo no daba crédito a que me salían menos canas pero a otra persona a punto de finalizar el Whole30 también le ha pasado lo mismo. Tengo el cabello más fuerte y menos canoso.
Hoy en el espejo también me he visto menos arrugas.
También me he dado cuenta que no se me duermen las manos a acusa de inflamación del túnel carpiano ¿será causalidad?
Y de cuerpo también mejor, tobillos más desinflados que nunca y marcando buena figura. Me queda trabajar flacidez barriga de los dos embarazos.
Duermo bien (cuando el peque me deja).
Te preguntarás cuando deporte hago. Pues mucho menos del que me gustaría. Combino todo un poco, yoga, pesas, correr... rascando tiempo de aquí y de allá. Lo importante es que lo hago con muchas ganas y se nota que con este método optimizo los resultados.
Aún me queda un día pero me lo quedo para mí.

Día 1 DE NUEVA VIDA

PESO: 56,5 kg. He perdido un kilo. Me lo noto en el la zona debajo del esternón. Por lo demás igual o más musculosa incluso.
Respecto al peso voy a ver si subo algo al aumentar la cantidad de desayuno.

Y lo dicho SIGO. Voy a comer la tarta de cumpleaños que haré para hijo en dos días. Después comeré caprichos en ocasiones especiales, pero la norma, me quedo con esto. La razón es muy simple. Prefiero a la Raquel de hoy que a la de hace un mes y por supuesto a la del año pasado. Este descubrimiento es para mí como si me tocara la lotería. Además de sentirme mejor, de verme mejor, soy LIBRE, o por lo menos ya no soy una adicta a los postres y caprichos. Y para rematar me siento alegre y "flipo" con lo rico que está todo.

Con eso lo digo todo.
Gracias.
Nota: La galleta reservada la regalo.

Raquel
1 julio 2020

Si quieres que te ayude. Contacta en ladietistaraquel@gmail.com

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